19/08/12
Acto en la Plaza Central
Recuerdan a los caídos en la Batalla de Cochicó
En un breve acto encabezado por el Intendente Municipal Hugo Víctor Manuel Kenny, se conmemoro un nuevo aniversario de la Batalla de Cochicó, el último combate que se diera en nuestra tierra en el año 1882. El jefe comunal estuvo acompañado por el Presidente del Honorable Concejo Deliberante Juan B. Gandini, el Lonko Lof de la Comunidad Cacique Yankamil Luis Dentoni, la Directora de Medio Ambiente Marianela Sierra, el presidente del área municipal de Juventud Juan Pablo Miranda, la Directora del Instituto San Juan Bosco Nivel Primario Patricia Manso, y en esta oportunidad, participaron también del recordatorio la nieta de José Gregorio Yankamil Luisa Yankamil y el bisnieto Hugo Sosa Yankamil.
El acto comenzó con la entonación de las estrofas del Himno Nacional Argentino seguido del minuto de silencio en honor a los caídos en la sangrienta batalla. Luego de la lectura de las resoluciones municipales, se procedió a depositar las ofrendas florales al pie de la pirámide que guarda los restos de los soldados y en el enterratorio del Cacique Yankamil, ambos situados en la plaza central de nuestro pueblo.
En representación de la comunidad ranquel Nehuen Dentoni Appap señalaba “Han pasado 130 años de la Batalla de Cochicó, el último embate contado. Y hasta hace muy poco, mal contado. La historia con el pasar del tiempo se ha encargo de desmentir la hipocresía de una sociedad que se recelaba de la verdad, y hoy después de tanta sangre derramada podemos afirmar una y otra vez con orgullo el valor de aquellos lanceros ranqueles comandados por el Cacique Yankamil para defender no lo que ha ellos les parecía que era suyo, sino lo que verdadera y objetivamente era y hasta el día de hoy sigue siendo de los ranqueles: estas tierras.
Son las palabras del mismo José Gregorio Yankamil las que nos dijeron en un tiempo lejano al de hoy la verdad de lo ocurrido. En una entrevista que el ofreció al periodista y maestro Lorenzo Jarrin, el cacique comenzaba su ilustre diciendo: “Cuántos errores, señor, hace cometer la ignorancia”. Luego de sonreír, prosiguió contando: “voy a referirle, asegurándole que esto es la verdad de lo ocurrido en ese encuentro en que el indio reducido y el indio libre hemos luchado con desesperación, todos defendiendo la vida, y a eso que la civilización llama “honor” y nosotros llamábamos “inché nen mapu” (derecho a la tierra). El derecho a la tierra, nada más natural. Ese fue el bien defendido, y el bien quitado.
En esa lucha que parece pasada, ya muchas veces contada y desmitificada, es la misma lucha de todos los pueblos aborígenes que fueron atropellados por los colonos. Pero para pesar de todos existe la obligación de aclarar que no es ni pasada ni aun completamente desmentificada. La lucha sigue, porque en el norte de nuestro país, en Formosa, los Wichí son explotados y asesinados por el gobierno en cada reclamo a sus tierras. También mueren de hambre, como los Qom del Chaco, donde el gobierno es indeferente a sus necesidades, y les continúan saqueando sus recursos para vivir, su selva. O como en San Juan, donde por un gramo de Oro mueren diez huarpes. Y puedo seguir nombrando, como a los Diaguitas de Jujuy, atormentados por Ledesma S.A. siguen siendo acorralados sin tierras, sin viviendas y sin un milagro ni siquiera el de Sala, que recibe millones de pesos por mes, para que sean respetados y escuchados. Sin olvidar que en la Patagonia, la tierra de Mapuches y Tehuelches son remplazadas por hoteles de lujo, y amplios complejos turísticos de simbología nacional y popular.
Como verán, lo que parece de ayer continúa siendo de hoy, y en una fecha como ésta es importante no caer solo en la memoria de lo ocurrido, sino también en la mirada de lo que ocurre.
Nosotros, los ranqueles, sentimos orgullo porque nuestra realidad marca una diferencia, nuestra bravura ha logrado que nos escuchen, que nos incorporen y que se nos dé el lugar que como sangre originaria merecemos tener. Es por eso que la provincia tiene abiertas las puertas al Consejo de Lonkos, es por eso que dentro del plan educativo en algunas escuelas la lengua y la historia ranquel es una materia a conocer; también en nuestro pueblo, donde las calles están traducidas en nuestro idioma, donde nuestra bandera flamea a la par de la bandera Argentina y donde nuestro gran cacique Yankamil, el que hace 130 años se enfrentaba con coraje a los soldados armados, descansa en paz reconocido como héroe en nuestra plaza central tal como él lo anheló desde la fundación del pueblo del cual él era parte. Y por último, no dejar de lado a nuestros hermanos ranqueles de San Luis, donde hoy gozan de tierra devueltas por el gobierno. Es por eso el orgullo, porque no nos matan, porque somos escuchados, pero no debemos quedarnos en eso, sino que debemos traducirlo en fortaleza para luchar por el resto de las naciones aborígenes maltratadas y discriminadas.
Esto es nuestra vitalidad, no terminar: seguir. Las raíces ranqueles no dejan de brotar, la juventud, nativos de esta sociedad, seguimos defendiendo con las herramientas que nuestro tiempo ofrece los derechos de nuestros padres, abuelos, tatarabuelos y todos los ascendientes que marcaron con una fuerte pisada de sello de nuestro suelo, bien ranquel, bien nuestro. Con pasión continuamos generación tras generación una causa amplia, noble y pura, la causa de nuestra verdadera identidad nacional” finalizó Dentoni.